Hoy por fin se han conocido todos los detalles sobre un sistema operativo que toma a Windows 10 y le hace cambios muy importantes a nivel visual, pero también en otros apartados.
Windows 11 quiere parecer distinto a Windows 10, y para lograrlo Microsoft ha introducido una serie de cambios visuales que afectan especialmente a su renovado menú de inicio.
La nueva experiencia multitarea cambia también de forma sensible: podremos seguir arrastrando las ventanas a los bordes y colocando así dos ventanas enfrentadas, pero las cosas van más allá con los llamados Snap Layouts, que permiten recolocar diversas ventanas en distintas posiciones de forma sencilla, repartiendo así el escritorio en mitades, tercios, cuartos y también otras combinaciones de tamaños.
Otro de los elementos que permiten sacar más partido del sistema operativo son los escritorios virtuales que permiten redistribuir distintos tipos de tareas para organizarnos mejor.
La integración de Teams es ahora total en Windows 11: de esa forma Microsoft permite que podamos usar de forma nativa su plataforma de mensajería y videoconferencias desde la instalación básica del sistema operativo.
Otra de las noticias sorprendentes que llegaron a esta presentación fue el anuncio del soporte nativo de aplicaciones Android, que podrán usarse en nuestros PCs como si se tratase de aplicaciones propias.
Para que corra éste nuevo sistema operativo, será necesario un equipo con una CPU de 64 bits con al menos dos núcleos a 1 GHz, no habrá soporte para viejos procesadores de 32 bits.
Tendremos que tener además al menos 4 GB de RAM y una capacidad de almacenamiento de al menos 64 GB, pero además para la instalación de Windows 10 Home (veremos otras versiones) necesitaremos una cuenta de Microsoft y conectividad a internet: parece que no será posible crear cuentas locales en esa edición.
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